En el pueblecito hemos dado una vuelta a oscuras, ya que aquí no hay electricidad; antes de ella, hemos comido unos huevos fritos "al estilo Antonio y Patri" en una terraza que parecía estar flotando sobre el río.
También hemos aprovechado para buscar a nuestro guía para el trekking de los 2 próximos días.
Nos levantamos temprano, después de dormir casi 11 horas, y nos reunimos a las 9:30 con el guía Sang y su ayudante Inn; tras más de 1:30 remontando el río en bote en dirección Norte hacia la frontera con Vietnam, llegamos a una pequeña aldea, donde ahora ya sí que no hay ningún turista!!!!.
Comenzamos una dura ascensión a través de la jungla de bambu, pasando por varias aldeas de diferentes etnias, almorzando en una de ellas, concretamente en la casa de la familia de Inn, donde a la vez que comíamos comida tradicional, eramos observados por tropecientas personas que nos miraban, entretenidos como el que ve un partido de fútbol por la tele.
Continuamos la marcha por un estrecho sendero entre bosques de bambu, que en algunas zonas han sido deforestados por los habitantes, para crear terrazas empinadas donde cultivan el arroz.
Llegada a la aldea con nombre impronunciable, de la etnia Kamut, donde mientras el guía nos buscaba una familia para alojarnos, dimos un paseo, y fuimos la atención del pueblo.
En un principio hasta los niños tenían miedo a acercarse a nosotros, no dejandonos ni jugar con ellos....aunque despues con paciencia y unos globillos nos los ganamos.
Cenamos, con la familia que nos acogió, pollo (o mejor dicho gallina vieja), recién matada y una sopa picante, de postre probamos su famoso whisky elaborado por ellos mismos, así como una especie de vino, que se bebe con pajitas de bambu.
Tras recibir la visita del jefe y el maestro del pueblo, al que hemos entregado algo de material escolar, nos fuimos a dormir a la parte de arriba de la casa, en un camastro que nos prepararon amablemente.
El 2º día nos hemos levantado bastante temprano (6 am), para hacer otro recorrido, entre mares de nubes, campos de bambu, un pueblo de la etnia Hmot, terrazas de arrozales que nos llevará, tras 3 horas a ritmo rápido, de vuelta al río.
Almorzamos junto a la orilla, unas tortillas de cebolla y arroz pegajoso que ellos comen como nosotros el pan y que estaban envueltos en hojas de platanos, que usamos como platos .... era una escena típica de película !!, mientras esperabamos al "public boat".
Ahora mismo vamos de nuevo camino a Luang-Prabang, donde esperamos descansar, y prepararnos para mañana día 23 volar a Hanoi (Vietnam).
Nos despedimos de Laos, el pais del bambu, donde todo esta hecho de esta planta, las casas, las balsas, los cercados, las jaulas de pajaros, el bambu se come, se fuma y hasta se bebe....
País recomendable para introducirse en la vida rural, con una cultura muy arraigada, con gentes muy tranquilas y con una naturaleza en estado puro.
Gracias Laos, Adios Laos !!!! Khob jai Laos, La gon Laos!!!
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