LAOS: UN PAÍS DE BAMBU

Llevamos 3 días en Laos, nuestra llegada al país fue un poco extraña, ya que al llegar al aeropuerto, nos preparamos para el asalto de los tuc-tucqueros...y al salir por la puerta, cual fue nuestra sorpresa...cuando no se nos acercó nadie!!!!...en ese momento nos dimos cuenta que habíamos cambiado de país!!!

Estos días los hemos pasado en Luang-Prabang, una ciudad muy bonita, Patrimonio de la Humanidad, debido a la mezcla entre las casas tradicionales laosianas y las de la época colonial francesa;la gente aquí mantine la cultura y costumbres de la zona y a ello hay que unir el entorno, formado por la unión de varios ríos, montañas cubiertas de verde etc...








La ciudad está llena de templos, todos ellos habitados por unos 300 monjes budistas.









Hemos desayunado todos los días junto al río Mekong, recorrido sus orillas y las aldeas rurales, donde se hace el papel al estilo tradicional y se teje como antiguanmente, allí probamos el whisky "Lao Lao", una mezcla de alcohol y bichos que está malo "pá reventá".




Por la tarde paseamos en barca por el río Mekong, hasta llegar a una cueva que era igual que la de Covadonga pero llena de buditas de todas las formas y colores. Lo mejor ha sido ver el atardecer sobre el río...algo muuuu bonito.












Aquí hemos coincido con los IX Juegos deportivos de Laos, así que hemos visto algunas competiciones deportivas, pero el deporte que más nos ha llamado la atención es el "Teo Tekator" en laoisiano y creemos que en ingles se llama Ratenbol, una especie  de voleibol, jugado con pies y cabeza con una pelota muy pequeña y en el que los jugadores son flexibles como chicles y ágiles como gatos "enfadaos".

Ayer nos tomamos nuestro primer día de descanso, por lo que nos dedicamos a dar paseos en bici por la ciudad pasear.






 
Un momento"de los que nos gusta" fue cuando tras atravesar un puente de bambu, nos encontramos a un grupo de niños con los que Dani jugó un partido de fútbol, en un campo que ellos tenían junto al río, el partido terminó tomandonos con los niños la auténtica y mítica "Mirinda".

El último día nos hemos levantado muy temprano (sobre las 6 am) para ver una procesión de monjes budistas que cada mañana pasean por las calles para recoger la comida del día, Loli como buena güiri hizo su correspondiente ofrenda de stiky rice pa los espanoles arroz pegajoso y galletas .., aunque la pobre tiene que practicar más a menudo, porque los monjes iban como "Spidy Gonzalez"

Ahora nos esperan 4 horas de viaje en furgoneta y 1 en barca para llegar a un pequeño pueblecito del Norte donde no hay electricidad y donde esperamos pasar algunos días haciendo trekking.